domingo, 20 de abril de 2014

POEMA, María de las Mercedes (Pomona) DOMINGO DE GLORIA

En la fría alborada el pesar y el aceite

son ofrenda y cuidado para el crucificado.

No teme por su vida, a Él se la ha entregado.


Sólo vacío y sombras habitan en la tumba

del Maestro que en cruz había sido inmolado.

Respetuoso silencio custodia en la penumbra

el lienzo que es testigo de lo que allí ha pasado.


-“¿Dónde han puesto al Señor?”

“¿Por qué se lo han llevado?”-

 La angustia atraviesa su garganta, su pecho

y su grito lacera los desiertos helados.


El Amor ya responde del amor el llamado.

-“¿Por qué lloras mujer ? ”-

-“No encuentro a mi Señor, es preciso buscarlo.”-

-“María”- dice Él

y su nombre en su Voz al corazón le habla,

entregada, su alma reconoce al amado.


-“Raboni”- , de rodillas,

María alza los brazos para poder tocarlo.

Resplandeciente y Santo Jesús la está mirando,

el brillo de sus ojos hace nido en las manos

de aquella que con fe ha seguido sus pasos.


Han pasado los años y cuando sola en Magdala

recordando a Jesús, María, muy adentro,

quiere volverse llanto, sin dudarlo un instante,

junta suave las palmas para encontrar en ellas,

caliente, luminosa, eterna, esa mirada.


Regalo del Dios vivo. Sagrado y dulce bálsamo.

Su noche atormentada despierta en tierna aurora,

florecen en su espíritu la Luz con la Esperanza

y la Paz vuelve a ella perfumada de nardos.
FELICES PASCUAS Y QUE NUESTROS DÍAS SEAN BENDECIDOS CON EL PERFUME DEL SEÑOR RESUCITADO-
con todo mi cariño. Pomona

María de las Mercedes, Sábado Santo 2014
Hay mi querida Pomona. Un día de Gloria porque tú también has resucitado para nosotras. Te queremos. 

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